lunes, 26 de noviembre de 2007

Llega noviembre, llega la Navidad.

Veinticinco de noviembre, Navidad. Tal vez penséis que me estoy volviendo loca, pero no, ya es Navidad, salimos a la calle y olemos, sentimos y disfrutamos de la Navidad. Basta echar una ojeada a los escaparates de los negocios o alzar la mirada al señor encaramado sobre la grúa que cuelga los adornos navideños para convencernos de ello.

Y como ya es Navidad comienzan las campañas publicitarias que nos muestran los nuevos avances de la tecnología juguetil. Es totalmente alucinante ver como cambian los juguetes de un año a otro. El otro día estaba viendo la tele y llegaron los anuncios, a mi siempre me hace gracia verlos en estas fechas, pues parece que una, vuelve a la infancia. Pues bien, ahí estaba yo, dispuesta a disfrutar de mi particular vuelta al pasado, cuando aparece en la pantalla una gatita de peluche y lo típico, tu mascota, bla bla bla, pero claro, esta navidad tu mascota también crece y pasados cuatro días vuelve a conventirse en cachorro. En ese mismo espacio publicitario apareció un pony, también semi-robot-peluche que tiene todas las funciones propias de un pony de verdad, come, camina... eso si, nadie te dice que cuesta más de trescientos euros. Alucinante, sólo se me ocurre ese adjetivo para definir los juguetes de este año. Sin embargo, tengo una gran crítica para estos publicistas de juguetes, no sé vosotros, pero yo estoy cansada del prototipo de anuncio dirigido a niños, en el cual se muestra el producto y no se incluye ningún tipo de creatividad, ¿efectivo?, nunca se sabe, pues en navidad la gente consume sí o sí. Así que esperemos que al año que viene, los creativos se esfuercen más y hagan honor a su puesto de trabajo.

Caso aparte son los anuncios de turrones que 'vuelven a casa por Navidad', o en su defecto bombones, que en el momento en el que se presenten cincuenta personas en nuestra casa, eso sí, sin avisar, nos sacarán de más de un apuro. Aunque me temo que en casa de la Preysler este año ya no servirán bombones, puesto que 'La Preysler' ha sido sustituida por la jovencísima Paloma Cuevas ¿se habrán dejado seducir la familia Boyer por la pata de jamón ibérico de toda la vida?

Finalmente un anuncio de los de toda la vida, ¿quién no conoce este anuncio y su archifamoso jingle?, ¡¡¡disfrutad de la Navidad como cuando éramos peques!!!

Un saludo, Kalipso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí me encanta la navidad. Como se dice aquí hasta el aire que se respira en la calle es diferente. Nunca he analizado los anuncios como algo creativo o no, yo solo sé que me recuerdan a aquella época cuando cualquier cosa, por pequeña que fuera, me hacía ilusión, y el precio de abajo nunca se veía. ¡Un saludo!

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho tu "teletransporte" a la Navidad de antes con esas imágenes tan familiares.¿Y que sería de la Navidad sin las ya necesarias campañas publicitarias? Muy buena tu mención...Esta muy bien.
Kalyope

Anónimo dijo...

¡¡me encanta ese anuncioo!!siempre me acuerdo de esa canción, madre mia que recuerdos, en fin yo tengo una opinión de la navidad un tanto especial,la verdad no me hacen gracia tanto anuncio para lo mismo de siempre...pero bueno yo no soy quien decide eso, pero vamos que me ha gustado mucho tu reportaje, y debo reconocer que cuando era pequeña la navidad me hacía mucha ilusión como a todos los niños supongo...pero los tiempos cambian ¿no?. Saludos